con cada caricia que recorre tu rostro
guardando en la memoria de mi tacto
toda la belleza de tu sentimiento.
Y te recuestas en mi pecho
buscando calidez y amparo
que con un profundo abrazo
quisiera meterte en mis adentros.
Me tocas el alma quizás sin quererlo
y una nube de cariño cubre los dos cuerpos.
Tanta ternura no necesita de besos.
Sentir que estamos juntos,
saber que nos tenemos
para enfrentar los inviernos
o gozar las primaveras
que nos depara el destino
en los devenires de la vida
que aún no conocemos.
Te tengo apretada en el abrazo
y ambos corazones
hacen un solo latido
porque los dos sentimos lo mismo
y no queremos desprendernos.
Gozar este momento,
quedarnos quietos un instante
para hacerlo eterno
sin querer siquiera
de este sueño despertarnos.
Daniel Valdman
