quizás una sonrisa,
que despertó en mi alma
la necesidad de que fueras mía.
Quizás el fondo de tus ojos,
quizás la ingenuidad de ocultarte
y por ello quise hablarte
simplemente, para descubrir quién eres.
Vaya sorpresa del destino
que te puso en mi camino
para no querer de ti alejarme.
Y tras esos ojos
y tras esa sonrisa,
sin querer descubrí
que te quiero para toda la vida.
