ahuyentando las tinieblas
mientras la música ciudadana
despierta nuevos sueños y esperanzas.
Corre el tiempo,
los horarios no esperan
tratando de llegar a la hora correcta
para poder cumplir con las obligaciones.
Y quedan las fantasías
pegadas a la almohada.
Es el agua fría
la que nos despierta
y el café humeante en la hornalla.
De prisa corre el tiempo.
En un segundo un beso
dando los buenos días
y también como despedida
al unirse a la carrera.
Y así se cumple el ciclo,
corriendo contra el tiempo
buscando el hermoso momento
en que nos volvemos a encontrar con los sueños
que dejamos pendientes en la almohada.
Daniel Valdman.