Grandes piedras
cayeron desde el cielo
como si el firmamento
castigase la vida.
Las flores que nacieron
quedaron tendidas
queriendo dar
un último suspiro.
Grande fue la tormenta
entre truenos y centellas
dando sustos y espantos
creando grandes miedos.
Y tu, acurrucada a mi lado,
tratando de no caerte
como las flores del prado,
te aferrabas a mi brazo
buscando calor y amparo
como si yo pudiera vencer
las fortalezas del cielo.
Si, soy hombre,
pero mis fuerzas
no están en los brazos
sino, en el amor que te tengo.
Y con ese sentimiento
puedo vencer a los rayos y truenos,
a la más temible tormenta,
a los más tenebrosos momentos
solamente, porque te amo.
Daniel Valdman