poder mágico
que sana heridas,
que detiene llantos,
que da alegría.
Que entibia el alma,
que aleja pesadillas
y produce sonrisas
donde antes hubo lagrimas.
No es solo
el roce de la piel,
es el sentimiento que se contagia,
la soledad que se acaba
y el dolor compartido.
Es la entrega de cariño
que al asimilarla
abre nuevos cielos
que se iluminan desde el alma
y un mar de ternura
nos invade el cuerpo.
Hace feliz recibirla
como entregarla
cambiando la vida
al traer paz y calma
superando los dolores
dejando a la soledad vencida.
Daniel Valdman.