sábado, 10 de junio de 2017

Sin palabras

El destino de tus besos
está en mis labios
y la dirección de mis caricias
siempre es hacia tu piel.
No alcanza la pasión
para entregar el sentimiento
pues queda en el recuerdo
lo que faltó darse.
Entonces, las miradas compensan
lo que no se dice.
Lo que el silencio guarda
al no encontrar la forma
de poder expresarse
y la caricia, cálida y callada
con todo el cariño acumulado.
No, no alcanza la pasión
ni el cariño ni el silencio
de lo que palpita en el pecho
que quiere del otro apoderarse
y surgen estos pobres versos
queriendo decir
lo mucho que nos amamos.
Daniel Valdman