sin medidas ni fronteras,
sin relojes ni calendario.
Pero siempre he soñado
con recibir tu caricia,
sentir la suavidad de tus manos,
saborear la dulzura de tus labios
y hundirme en la profundidad de tus ojos
buscando afanoso
poder abrazar tu alma.
Si, quizás te espero
desde antes de haber nacido,
cuando no existía el tiempo
y todo estaba en el poder del destino
mientras en el libro de la vida
ya lo estaban escribiendo.
Te estuve esperando
no se cuantos días,
no se cuantos años
y ahora que te he encontrado
siento que recién
he comenzado a vivir.
Daniel Valdman.