viernes, 10 de junio de 2022

Sin culpa

Murió Fulana de Tal. 
La encontramos sentada
en la banca de una plaza
como si estuviera durmiendo
o masticando recuerdos.
Su rostro era pasivo
y pudo haber sido el frío
quien le quito su último suspiro
o quizás el desconsuelo
al ver todo destruido
de lo que alguna vez fue su vida.
Llevaba una carta en el delantal raído
con su nombre escrito
y un montón de instrucciones
sobre su perro y su gato
que seguro ya se habrán ido
al no recibir el cariño
de quien los amó tanto.
No se quedó en el refugio
que estaba a pocos pasos.
Quiso ver el sol,
quiso ver el cielo.
Quiso sentirse libre
como si fuera un  ave
tan solo por un rato
adueñándose del espacio
siendo el último viaje
al que la llevara su destino.
Fulana de Tal ha fallecido,
haya paz en su alma.
Daniel Valdman.