sábado, 25 de enero de 2025

Aves

Vuelan razantes las golondrinas
buscando dónde construir sus nidos
mientras más grandes y más robustas
pasan las gaviotas
tras los arados de los campesinos.
El cielo es una fiesta 
de aves libres de cautiverio
porque el espacio es de todos
y mucho más de la naturaleza.
Para ellas no hay límites ni fronteras.
Todo lugar les pertenece
hasta los refugios donde vive la gente 
que marca la poseción de su parcela.
El trueque va y viene.
Un racimo de plátanos
por unos litros de leche
o un ato de ganado 
por unos metros más de tierra.
Así es la vida en el campo,
con el paisaje a la vista
disfrutando a las garzas tras el arado
o compartiendo con las golondrinas
el trabajo cotidiano que a todos alimenta.
Lejos, muy lejos, la ciudad que auyenta
con sus humos y motores
haciendo todo gris como el asfalto,
viajando apretados en soberanos empaques
que los llevan a diferentes destinos
tratando de cumplir los horarios
para recibir sus salarios
y comprar lo que en el campo se produce.
Y soñar con los días libres
para volar como las aves.
Daniel Valdman.