Amanece tiñendo el cielo de violeta.
Los ángeles buscan su sueño
montados en las nubes que los llevan
vaya saberse hacia donde,
como alejándolos de la tierra
tras sentir su misión cumplida.
Y nos quedamos nosotros
esperando que vuelvan
porque nuestra soledad es muy intensa
y creemos que no podemos solos.
Tengo un ángel que me cuida
y está aquí, en mi mismo lecho,
arropándome en el sueño
y despierto, regalándome su sonrisa.
Es quien juega conmigo
cuando la enredo con palabras
y me regala su caricia sana
diciéndome que estoy loco.
Y es cierto, porque la locura
es un poder del sentimiento
que produce más amor
cuando más se ama.
Dejo a los ángeles del cielo
realizar su labor cotidiana
que yo, sin pedirle ni rogarle
tengo a mi ángel de la guarda
queriendo amarla tanto
como ella me ama
y así crear nuestro cielo
entre luces violetas y claras.
Daniel Valdman.
