son las que llevo encima.
Una piel agrietada,
una antigua corbata
un par de zapatos
que hace una década
necesitan zapatero
y unas manos hábiles
que pueden construir
y también dar una caricia.
Pero tengo para darte
un corazón muy grande
cargado de sueños, de fantasías,
de paisajes hermosos
que solo se ven con el alma.
El cariño infinito
siempre lo llevo cargando
para puro y sano entregártelo
y que ocupe tus suspiros,
más que un beso, más que un gemido
y que te sientas feliz
de tenerlo contigo.
Eso es todo,
no tengo mayores pertenencias
más que el amor que te ofrezco
quizás pobre pero sincero
y con toda su riqueza.
Daniel Valdman.
