y todo lo que no decimos
se transforma en miradas
queriendo expresar lo que sentimos
pues se quedan mudas las palabras
y los corazones al mismo ritmo
quieren estallarse en un abrazo.
Y es así que nos amamos,
con todo el sentimiento
puesto en las manos,
acariciando tu rostro,
con tus dedos dibujando mis labios
y los pechos alborotados
tratando de entregar las almas.
Es hermoso
y me hace falta.