alrededor de mi cuello
tanteando con los dedos
la suavidad del cabello
que ya casi no tengo
de tantos soles que he tomado,
al que le pesan muchos inviernos.
Quizás te encontré muy tarde
aunque de muy temprano
estabas en mis sueños
y por caprichos del destino
no pudimos hallarnos.
Quisiera haberte conocido
cuando las fuerzas me sobraban,
cuando el mundo por delante me llevaba
y se confundía la pasión con los sentimientos.
Cuando derrochaba versos
sin siquiera pensarlos
y el alma de poeta por la vida aventuraba.
Nos tocó justo ahora
cuando los árboles se tiñen de amarillo
y las arrugas en el rostro
van marcando muchos días.
Pero quizás, hoy te amo más
de lo que pude haberte amado
en esos tiempos lejanos
mientras el futuro era un sueño.
Porque te amo con la calma
que me dio la sabiduría
de saberte dar un abrazo,
un beso, una caricia
y sobre todo la paciencia
de saber escucharte.
Si, quizás sea tarde
en el otoño de mis cabellos
pero el sentimiento
es más profundo y más sincero
con las energías que el tiempo
en mi camino fue gastando.
Daniel Valdman
