sobre los pensamientos
dejándolos mudos
con sus lógicas propuestas.
Los encerraron
en un claustro sin puerta
dejándolos discutir
como abrir una ventana.
Los sueños muertos de risa
se fueron a jugar haciendo vida
saltando entre las nubes
que no tienen conciencia
dibujando fantasías
decorando los cielos.
Dejó de existir lo prohibido
y sin hacer mucho ruido
se acercaron a las estrellas
tejiendo guirnaldas con ellas
creando muchas sonrisas.
Bailaron, corrieron, saltaron
y así se aventuraron
a diseñar nuevas fantasías.
Y los pensamientos
enrojecidos de verguenza,
viendo de los sueños su inteligencia,
decidieron ayudarles
a realizar sus propuestas.
Pero se sintieron acobardados
por no estar libres y encerrados
en un claustro sin puertas.
Daniel Valdman.