martes, 20 de junio de 2017

Verdad

No puede el tiempo
retroceder su historia
haciendo que vuelvan
las juventudes pasadas.
Él va dejando su huella
entre cicatrices y experiencias.
Y es tanto por ello,
por las arrugas del cuerpo
y por lo que he aprendido,
que disfruto que estés conmigo
para compartir la vida que nos queda.
Ahora se que el amor
no está en los afanes ni las carreras
donde gastamos energías y sentimientos.
Está en tu mirada, suave y tranquila
diciéndome que la calma
la encuentro en tus besos.
En tus caricias
y en las palabras de aliento.
En la rosa que te entrego
cada día al despertarte
y saber que no fue un sueño
el que estuve en el mismo lecho
con la mujer que amo.
Daniel Valdman