Edad

La realidad de mis sueños
se monta en tu sonrisa
enseñándome que en la vida
contigo todo es posible.

Y cuando te tomo de tu talle

caminando por la calle

hasta las flores de los parques

nos hacen una reverencia

como testigos casuales

y cómplices de nuestro romance.

La gente nos mira y comparte

el poder de nuestra alegría

y brillándoles los ojos

se les borra la máscara de la tristeza.

Si amada mía, la vida es nuestra

y debemos estremecerla y acariciarla

y jugar a que somos niños

con una edad ya bien avanzada

sin que nos importe más nada

que este amor que sentimos.

Daniel Valdman.

Sueño

Vuela la fanasía al amarte
teniéndote entre mis brazos
y aún así, soñar contigo.

Te veo como mariposa

en un jardín florecido

persiguiendo a una alondra

que está haciendo su nido.

Y el arco iris de colores

baña el aura de tu figura

y me siento en un paraíso

absorbido por el remolino

que me causan estas fantasías.

Y viéndome te preguntas

por qué así te miro

y es que estoy soñando contigo

aunque te tenga entre mis brazos.

Daniel Valdman.

Eterno

Fresca la noche
junta nuestros cuerpos
tratando de encontrar
el calor de las almas.

Busca tu talle mi mano

mientras te acaricia la espalda

y el aroma de tus cabellos

llena de pasión mi espíritu.

Más juntos aún,

el abrazo se hace intenso

y las prendas van cayendo

venciendo así el frío

cuando el calor del sentimiento

une en uno los dos cuerpos.

El chasquido de los besos

pasa desapercibido

porque se llena el silencio

con gemidos y suspiros

y las palabras de amor

se transforman en caricias.

Momento imborrable,

la ansiedad desespera

queriendo detener el tiempo

para hacer este instante

la vida eterna.

Daniel Valdman.

Hombro

Fuerte y seguro 

te acoge mi hombro
donde puedes derramar 

tus angustias.

Sentir que somos dos

para enfrentar la vida

y no solamente uno

para cargar las penas.

Que sirva mi hombro a tu llanto

y también a tu amparo

y a la necesidad que todos tenemos

de apoyarnos en alguien.

Saber que no estás sola,

que me tienes a tu lado

extendida la mano

y abierto el pecho

para que aferrada en una,

entres cuando quieras

aunque jamás te hayas ido. 

Eso es el amor

que te doy con todo cariño.

Daniel Valdman.

Rayo de Luna

La oscuridad de la noche,
testigo de nuestro romance,
deja que un rayo de luna pase
iluminando tu rostro.

Imposible de pintar

el cuadro que siento

pues el sentimiento

alberga muchos colores

muy difícil de identificarlos.

Qué color le pongo

a tu rostro calmado

volando en las fantasías

que produce el sueño.

O a la caricia

que queda en mi mano

para no apartarte de tu descanso.

Y a la oscuridad de la noche

con su rayo de Luna

eligiendo nuestra ventana

como si fuera suya

para crear este cuadro

que solamente yo veo

enviado desde el cielo

por el camino del cariño.

Tengo miedo de tocarte

para no despertarte

entonces, solamente te arropo

subiendo las cobijas.

Daniel Valdman.

Tiranía

Recorre mi mano tu cuerpo
sembrando en tu piel
pétalos de amor en cada poro

regándolos con miles de besos.

Látigos de tiranía son mis labios

que te obligan a entregarme

todo tu sentimiento

mientras te defiendes

con suspiros y jadeos  

haciendo que mi razón desaparezca.

Y en este jardín

que cultivamos en el lecho

millones de colores

invadirán el ambiente

y serán tus manos

las que me aprieten

para que estallemos juntos

en la misma locura.

Daniel Valdman.

Perdido

Se está marchitado la piel,

los años van cobrando

los sueños anhelados

y las búsquedas inconclusas.

Se acabó el tiempo de aventuras,

el cuerpo no da para tanto

y uno a uno los recuerdos van llegando

haciendo un juicio inesperado

de lo que ya es imposible arreglarlo.

Me ves pensativo y tomas mi mano

regalándome un acto de cariño

al verme en la mente tan alejado

rescatándome a tu lado

de los laberintos donde estoy perdido.

Te miro y sonrío agradeciéndote el acto

mostrándonos cuánto nos amamos

sin mas que con mirarnos,

tomándonos la mano

diciéndonos sin palabras

que no estamos solos,

que tu estás conmigo

como yo lo estoy contigo.

Daniel Valdman.

Dormida

Amanezco temprano

para verte dormida

y quedarme así un rato

tratando de meterme en tus sueños.

Ganas me dan de acariciarte,

de muy suave abrazarte

sin que te despiertes.

Y mirándote así, te amo

besándote con la mirada,

apretando las manos 

para no tocarte

y seguir disfrutando del sentimiento.

Te veo dormida

y doy gracias por encontrarte

alegrándome la vida

inclusive en los silencios

al igual como ahora

que vuelas en tus fantasías

y yo te acompaño desde lejos.

Daniel Valdman.

Amarte

Amarte no es tan solo una palabra,
es mi manera de sentir la vida 

porque no la concibo sin tus caricias

o sin el enorme gozo al mirarte.

No es necesario que te lo diga,

bien lo ves en mis ojos

o en la manera de saciar tu antojo

o en los caprichos que usas para probarme.

Y por eso, el amor entre nosotros

es mucho más grande que la carne,

que la piel, que los besos.

Es como un regalo a los cielos

que quieren entregar nuestras almas.

Es como una oración o una plegaria

tejida con abrazos y caricias

elevando entre gemidos y suspiros

lo más profundo del sentimiento.

Y por todo ello amarte,

no es tan solo una palabra.

Es meterte en mi pecho

para que jamás te salgas.

Daniel Valdman.

Encuentro

Se despejan los cielos

cuando me sumerjo en tus ojos

y hasta el aire sabe a fresa

como el mismo gusto de tus labios.

Todo parece un sueño

y no quiero despertar de esta fantasía.

Eres tu amada mía

quien hace latir la vida

al ritmo de tus suspiros

y surgen aves y mariposas

danzando en la alegría

de nuestro cariño.

Estallan las flores

tan solo con mirarlas

y la gente sonríe y se contagia

de la felicidad que regalamos.

Somos tu y yo creadores del paraíso

que al mundo le hacía falta

simplemente con el amor

de dos almas encontradas.

Daniel Valdman.

Umbral

Puede que por las noches despierte

quizás gritando o brincando del lecho.

Puede que los sueños me aturdan

o que no escuche lo que estás diciendo.

Puede que el cambio sufrido

altere muchos mis nervios

o ya no tenga paciencia

para cosas sencillas

o para darte un beso.

Regálame un poco de tiempo

que nadie como yo

sabe que es luchar con uno mismo

y andar en el filo del abismo

entre la razón y la locura.

He vuelto, se que soy distinto,

pero gracias a tu cariño

he sobrevivido 

a las penurias de la guerra

mientras me rondaba la muerte

y me enardecían los gritos de heridos.

He pasado por malos ratos

imposibles de narrarlos.

Estuve caminando

por el umbral de mi epitafio

y el amor que te tengo

me salvó la vida.

Daniel Valdman.

Cumplir

Nos vamos como hemos ido
sin traer a los heridos
por ser muy pocos los que quedamos.

La misión que nos ordenaron

la hemos cumplido

a costa de la sangre

de los que fueron nuestros amigos.

El daño que produjimos

puede incentivar al enemigo

a que deponga sus metas

o ataque con más ahínco.

Debemos correr 

hacia nuestras fronteras

sin permitir que nos alcancen.

Y ahora que somos muchos menos,

casi sin equipajes

y con pocas municiones

para poder defendernos

debemos acelerar la prisa

sin que nuestros cuerpos lo impidan

para poder llegar y a salvo.

Llevo una herida en un brazo

y me duele a los que dejamos

sin poder socorrerlos.

Apenas somos cuatro

de los veinte que iniciamos

para llegar a los cuarteles

donde puedan auxiliarnos.

Y así volver a tus brazos

que es el destino

que más trato de alcanzarlo.

Daniel Valdman.

Inminente

El asenso ya termina.
Acamparemos tras la colina
para que no puedan vernos.

El objetivo no está a la vista,

se encuentra bajo tierra

y de esta operación suicida

no estoy seguro de que vuelva.

Mi corazón está en tus manos,

bien sabes que te amo

y lo reitero ahora

porque después no se si pueda.

Todos pensamos lo mismo,

cumplir la misión y salir airosos

aferrándonos a lo que creemos,

orando hacia los cielos

por un acto milagroso.

Hasta aquí hemos llegado,

solo falta el último paso

y ante el peligro inminente

quiero que tengas presente

que no sabes cuanto te amo.

Daniel Valdman.

Adelante

Avanzamos de noche,
de día es imposible.
El calor nos agota
y nos deja sin provisiones.

El agua no se consigue

y el rocío es muy pobre.

Hay solo un destino

y es hacia adelante.

A veces escalando cerros

y otras cruzando un valle.

Precaución y silencio

y los cielos que nos amparen.

Nuestra meta es incierta,

solo el oficial la sabe.

La misión es tan secreta

que la hace muy importante.

Tras tantos días de camino

estaremos más cerca

y ansiando un descanso

la tensión se acelera.

Y pienso en ti

porque me das fuerzas

y al soñar con tus labios

la garganta ya reseca

se inunda con tu dulzura

y la sed sacia.

Estamos lejos amada mía

pero en cada paso que damos,

tu y yo nos acercamos

entre sueños y fantasías

y nos abrazamos y amamos

aunque la realidad sea distinta.

Daniel Valdman.

Asenso

Caminata intensa,

el calor nos demuele

y debemos seguir adelante

sin contar con quien nos lleve.

La cautela es el instrumento 

que sumamos a este ataque

y cada movimiento

debe tener el silencio

para que nada nos delate.

No sabemos a donde vamos

y cada cerro que trepamos

solo nos deja ver otro cerro.

Y pienso en tí a cada paso

como si eso me impulsase

renovándome las fuerzas

sin dejar que desfallezca

para acabar con esta guerra

y poder volver a tus brazos.

Concluir la misión

y recibir unos días de descanso

para volver a tu lado

y sentir por lo que estoy luchando.

Lo hago por ti, por mi,

por los hijos que aún no han llegado

y por los sueños que hemos forjado

a base de pasión y cariño.

Solo pienso en ello

mientras los cerros 

sigo escalando.

Daniel Valdman.

Misión

Bordeando los abismos
avanzamos por las montañas.

Escarpadas las piedras

que nos dan la bienvenida

entre filosas aristas

preparándonos para la epopeya.

Vamos por un flanco

sin que nadie nos vea

y el color de nuestra ropa

se confunde con la tierra.

Sigilosos paso a paso

como una misión secreta,

tratamos de llegar al sitio

donde le produzcamos más daño.

No somos muchos, somos pocos

pero estamos bien armados,

ágiles y descansados

para lograr nuestro cometido.

No nos espera el enemigo

ni siquiera sabemos a dónde vamos.

El oficial tiene la orden

y nosotros lo seguimos.

Es tan fresco y limpio el aire

que quisiera compartirlo contigo

una vez que esto acabe.

Venir de aventura

y estar más cerca de los cielos

disfrutando este hermoso paisaje

que pensando en tí lo veo.

Y sigue el camino tortuoso

y yo llevándote en mi pecho.

Daniel Valdman.

Infierno

Momentos de expectativas.
Todos atentos y tensos.
Esperamos otro ataque
mientras estamos a la defensiva.

Se cree que la infantería

procurará nuestros lugares

porque ya las máquinas de combate

están siendo poco a poco destruidas.

Y en este silencio tenebroso,

teniendo muy abiertos los ojos,

con las armas en las manos,

jugándonos la vida,

pienso en tí amada mía

y me hundo en tus cabellos,

en tu mirar, en tu sonrisa

y me duele como una espina

que me atraviesa el pecho

estar en esta guerra

sin poder disfrutar tus caricias.

Y me lleno de gallardía

al saborear este sentimiento

que me hace seguir combatiendo

y regresar a tus brazos entero

para volver a amarnos como locos

tras haber superado este infierno.

Daniel Valdman.

Ruiseñores

Se pelean las caricias
para llegar a tocarte,
tan solo un instante
y así cambiar la vida.

Sembrar amor sin medida

cambiando las balas por flores.

Llenar el mundo de ruiseñores

que le canten a los besos

entibiando los corazones

de los que hoy aman la guerra.

Ay amada mía, 

cuán grandes son mis sueños

que con solo pensarte

vuelo a otro universo

y se me confunden 

las balas con los versos

que yo quisiera regalarte.

Y estoy aquí en el combate,

medio soñando y medio despierto

tratando de escaparme

ante el fragor de la batalla

ocultándome en tus brazos

que me dan un poco de esperanza

deseando que esto pronto acabe.

Pero el deber obliga mi querida

y te sigo llevando en el pecho.

Daniel Valdman.

Soledad

No hay tiempo para más.
Bombardean las pocas casas que quedan
y ya no hay dónde esconderse.
La ciudad vaciada de gente
espera solitaria e inerte
el último golpe que la destruya.

Ya han logrado su cometido,

solo quedamos los combatientes

defendiendo espacios vacíos

donde alguna vez fueron esperanzas.

Solo quedan escombros de las casas

donde se criaron a los niños

alrededor del fuego encendido

cocinando cuentos y fantasías.

Hoy solo quedan nostalgias

de lo que ahora es 

una ciudad desaparecida.

Dónde vas quedando patria mía

que en cada bombardeo

van cayendo los sueños

en manos de la avaricia.

Y sigues estando tu mi amada

llenando la fuerza que me falta

para llegar a algún mañana

y volver a construir nuestro nido.

Daniel Valdman.

Tarde

Nos están olvidando,
ya no somos noticia
aunque las bombas siguen dañando
y se vaya perdiendo la vida.

No podemos darnos por vencidos.

Hoy somos nosotros

y mañana serán otros

que caigan en el mismo destino

de robarles las fronteras

a costa de la conquista.

La ambición tiene su prisa

sin importar cuantos caigan

y continúan las batallas

cada vez más sangrientas

aunque hayan dejado

de ser noticia.

El mundo fácil se olvida,

no le interesa nuestro futuro

por más que necesitemos socorro

para acabar con esta guerra

y ya no tengamos

con qué defendernos.

Hoy somos nosotros

y mañana serán otros

hasta que un día se pregunten

por qué no los detuvimos

y ya será muy tarde

para los vencidos.

Daniel Valdman.

Nido

Escucho el trinar de las aves

y vuelo en la fantasía

de lo que sucede en sus nidos.

Pienso que también tengo el mío

que comparto contigo

porque sin ti, no hay calor ni cariño,

ni siquiera un motivo

que le de vida al sentimiento.

Y recurro a ti con toda la nostalgia

amparándome en la esperanza

de encontrarnos prontamente

y amarnos frente a frente

haciendo realidad los sueños.

Es muy difícil la distancia

y mucho más, 

con el amor que nos tenemos.

Daniel Valdman.

Cielo

Siento tu abrazo

como algo divino

que traspasa la piel,

que despierta el espíritu.

Y tu rostro entre mis manos

que no me canso de mirarlo

como si te estuviera venerando

tal si fueras un ángel.

Y siento mi cuerpo liviano,

como si estuviera en el aire

disfrutando con tenerte

y entre miradas amarnos.

Alguien pronuncia mi nombre

tratando de separarnos.

No lo conozco, es un extraño

que me obliga a abrir los ojos

apartándote de mi lado

diciendo que el golpe recibido

no tiene mayor impacto

y que estaré en reposo

hasta que la conmoción haya pasado.

Nada fue realidad,

todo ha sido un sueño

pero la manera en que nos amamos,

solo existe en el cielo.

Daniel Valdman.

 

Sensible

La tensión no cesa,
la batalla continúa
y no hay en la tierra
hueco donde refugiarse.

Los edificios dañados

pronto están a derrumbarse

y las almas de los soldados

quieren volar a otro lado

esperando que por fin

esto llegue a solucionarse.

Quedan pocas municiones,

los disparos deben ser perfectos

y todos nos convertimos

en francotiradores.

Cada bala lleva un nombre

y a quien hiera,

no se cómo se llama

pero se apaga una llama

de sueños e ilusiones.

El gatillo en mi mano responde

sensible en su movimiento

como máquina perfecta

inventada por el hombre

que me defiende la vida

mientras acaba con otra.

El acero no piensa,

tampoco tiene sentimientos

y ahora es parte de mi cuerpo

que también se está insensibilizando.

Ay mi cielo,

no se por qué te cuento esto.

Quizás te estoy preparando

para el día de nuestro encuentro

pues no hallarás al mismo hombre

que a la guerra se ha marchado

y todo tendrá que comenzar de nuevo

Daniel Valdman.

 

Paisajes

Todo está muy inquieto,
nos vamos a otro lado.
Llegó armamento nuevo
y debemos aprender a manejarlo.

Para nada esto es bueno

a pesar de la algarabía

pues la situación se contamina

a que vaya para largo.

No hay vencedores ni vencidos,

solo una tregua corta

para transportar a los heridos

que como el enemigo los abandona

nosotros nos hacemos cargo

de los propios y los extraños

convirtiéndolos en amigos.

Estrategias de combate

en donde todo se vale

inclusive el socorro.

La humanidad está aterrada

temiendo que el conflicto se expanda

tocando otras naciones

y tratan de defenderse

cortando las provisiones.

Y más aún te extraño 

para recorrer aquellos campos

que veíamos llenos de flores

o para perdernos en los bosques

que hoy las máquinas han tumbado.

Parece que todo se hubiese arado

y solo queda el recuerdo

de aquellos lugares y momentos

en los que a la intemperie

nos hemos amado.

Daniel Valdman.

Dolor

Me está doliendo el alma

y cada vez que uso el arma

es para herir a un hermano

con del mismo lenguaje,

de la misma raza,

con familia en ambos lados

cuando no existían fronteras.

La independencia nos ha condenado

a una guerra como esta

donde las balas se disparan

con mucho de vergüenza

y el sabor en el aire

de que si no disparo me matan.

Sin razón y sin conciencia

continúa la batalla

con el estallido de granadas

y el zumbido de las balas

haciendo histéricas las almas

para conquistar o no ser conquistados.

Y tu, entre escombros y pertrechos

guarecida en lo profundo de mi pecho

me das fuerza y coraje

para volver pronto a tu lado.

Quisiera todo abandonarlo

para acurrucarme contigo

en lo más cálido del nido

que juntos hemos creado.

Y mientras tu corazón me aguarda,

sigo esquivando las balas

en esta guerra fratricida.

Daniel Valdman.

Guardia

Cobijado entre tinieblas

paso la noche de guardia.

Algunas ciudades fueron tomadas

al poder del enemigo

que sin armas y sin gentes

ya no pudieron defenderlas.

La lucha es muy intensa,

metro a metro se pelea

y en este mar de tinieblas

procurando que no me vean,

yo tampoco puedo verlos

pudiendo aparecer la bala traicionera.

La tensión quiebra los nervios

y gasta mucho más que el combate

porque se borran los pensamientos

para ponerse muy atento

a cualquier movimiento

que pueda divisarce.

Y en medio de la tensión y el silencio

ansío el calor de tu pecho

porque por un momento

me aparta de esta pesadilla

que hemos de quedar defendiendo

hasta la última gota de sangre.

Daniel Valdman.

Ajedrez

Un minuto de descanso
y me inunda la locura
de tenerte entre mis brazos,
saber que estás a salvo

y que el ángel de la guarda

no se aleja de tu lado.

Mientras yo aquí en la batalla

soy el escudo que te aparta

de la miseria que me rodea.

Demasiado cruel es la guerra

de lo que no quiero contarte

para no llegar a lastimarte

y mantengas los sueños con vida

porque son los que me incitan

a acabar con este desastre.

No hay razón ni justicia

ni motivo que justifica

cada una de las heridas

que con las balas producimos.

La sangre que derrama el enemigo

jamás podrá reponerla

mientras dejan a las familias inquietas

por la suerte de sus soldados

que no saben por qué están luchando

mientras nosotros defendemos la tierra.

Idiota la ambición y la arrogancia

jugando con las vidas ajenas,

pues ellos nada arriesgan

escudándose tras sus escritorios

jugando a un ajedrez latiendo

sobre un tablero roto.

Daniel Valdman.

Repliegue

La presión es muy alta,
debemos replegarnos
y en mi pecho, tomándote la mano,
te llevo conmigo
donde quiera que vaya.

Las municiones escasean

y ellos tienen muchas fuerzas.

En cinco o diez nos superan

y ya no hay más refuerzos.

Todo el pueblo está armado,

desde los más eruditos

hasta aún fuertes ancianos

y los niños mayores de catorce años.

Salvo médicos y enfermeras

todo son combatientes

sin que importen las razas o los credos

porque lo que se defiende es la tierra.

Hogar de nuestros sueños,

estandarte de la esperanza

al que un enemigo ataca

por el solo hecho de expulsarnos.

Ay mi cielo, cuánto es lo que te extraño

y cada vez más lejos estamos

de quizás poder encontrarnos

para que juntos combatamos

con besos, miradas y caricias

cada bala perdida

que sin razón

quiere sojuzgarnos.

Daniel Valdman.

Avance

No se puede abandonar.
Hay que seguir luchando
para que no puedan avanzar
y forzarlos a su retiro.

No se qué milagro esperan,

esto va para largo

mientras en los campos van dejando

los cuerpos de gente joven.

También tenemos bajas,

no hay manera de negarlo

pero menos de las que pretenden

para poder dominarnos

pues somos más inteligentes

con hombres ya experimentados.

Atacan nuestra retaguardia

y seguimos avanzando,

cuanto más cerca los tengamos

no podrán lanzar sus cohetes.

Y pienso en ti

para que te mantengas a cuidado,

vigilando el jardín que amamos,

regalándole cariño a las flores

y alimentando con sueños el nido

que con amor hemos construído

para que pronto vuelva a tu lado.

Ay amor cuánto te extraño

y por ello, 

no puedo darme por vencido.

Daniel Valdman.

Vencer

Estiro la mano para tocarte
y un compañero me dijo
que hablaba dormido
casi seguro que contigo
porque aún te siento a mi lado.

Y si te ansío despierto

imagínate entre sueños

que si bien te hablo

como ahora te escribo.

Es que eres el motivo

por el cual existo 

tratando de mejorar el mañana

amparado por tu sonrisa y cariño.

Eres la luz que me ilumina

en los momentos más oscuros

cuando todo lo veo perdido

y caigo al borde de la locura.

Cuesta volver a la batalla

tras haber estado 

en el romance y calma

que me regalaron tus caricias

y los besos de enamorada. 

Cómo contarle a la guerra

que el amor todo lo gana.

Daniel Valdman.

Relevo

De nuevo en la frontera.
Los compañeros nos esperaban
con una sonrisa en la cara
porque ahora les toca reponer
las fuerzas que ya les falta.

Cansados, agotados

como si el tiempo

encima se les hubiera caído

cargándolos con muchos años.

Quizás así yo me veía

antes de tomar el descanso.

La tensión es lo que gasta

y no saber si mañana

estaremos los mismos.

Aún no desarmo el equipo

porque tengo en él guardado

el aroma que has dejado

en las cosas que con tus manos

con cariño y llanto has doblado

y deseo mantenerlo

para que nunca se escape.

Aquí, en el frente,

parece un sueño lo vivido

y para serte franco realmente,

lo quiero seguir soñando

aunque las balas me despierten.

Daniel Valdman.