Arranca del alma
el sentimiento
queriéndose desprender
en una caricia,
suave, casi tímida,
con toda la fuerza contenida
en un suspiro
o en el silencio.
Quieren mis ojos atraparte
como un abrazo del espíritu
para sentirte, para amarte
con la energía que me queda
de la vida
y tenerte así sometida
a tanto sentimiento.
Sin siquiera tocarte,
con la mirada como un beso
que se mete en tu sueño
y en mi vive todo el día
que instante tras instante
me va enloqueciendo.
No me importa perder la cordura
porque gané esta locura
por amarte.
Daniel Valdman
