y con ellos la vida.
De vez en cuando
un balance
de lo que se ha logrado
o de lo que se ha perdido.
Mucha historia en el camino
saltando piedras,
eludiendo abismos
hasta llegar a hoy
donde dibujando letras
lo escribo
mientras el espejo de la memoria
me muestra lo que soy
y lo lejos que estoy
de lo que he sido.
Pasan los años
dejando sus marcas
no solo en la cara,
en los músculos, en los huesos,
en el alma
y en las remotas esperanzas
que se han tenido
tratando de conseguir logros
que se esfumaron entre sueños.
Pasan los años
y ya no me queda mucho tiempo.
Hoy soy lo que soy,
sin angustias ni remordimientos
sabiendo que di
lo mejor que tengo
y seguiré viviendo
disfrutando cada día
con la sonrisa del Sol
y lo pobre de mis poesías.
Daniel Valdman.