lunes, 5 de diciembre de 2016

Invierno

La juventud se nos va
sin poder remediarlo
dejándonos a su paso
las marcas de lo vivido.
Ya no andamos corriendo en el parque
pateando hojas muertas
condenadas por el otoño,
sino que lo hacemos caminando
apreciando cada brote nuevo.
No me importan las arrugas
porque también las hay en mi rostro
pero el corazón lo tengo tibio
porque andando en este camino,
voy cogido de tu mano,
como toda la vida
y en este momento,
cuando el invierno se nos aproxima
mas dichoso estoy
de seguirte amando.
Daniel Valdman