un poco de tu belleza
y guardarla en el baúl del alma
para que siempre te vea
cuando el espíritu desesperado
derrame lágrimas por tu auscencia.
Te traigo una caricia
para de alguna manera compensarte
la falta que te hace
la belleza que me llevo
aunque sepas que he de cuidarla
poniéndola en los cielos
quedando bien iluminada
por el fulgor de las estrellas.
Y cada vez que te piense
cuando no estés presente
elevaré los ojos para verte
aunque estés metida en mi alma.
Y ahora que estás a mi lado
no me cansaré de mirarte
estando seguro de guardarte
en los confines de la memoria
para hacer parte de esta historia
que comienza con amarte.
Daniel Valdman.
