en la nueva mañana
de un naciente día.
Renovadas esperanzas
en busca de alegrías
que conmuevan al alma
dándole sabor a la vida.
La aventura está dispuesta,
solo hay que despertarla
con un beso, una caricia
o dándole los buenos días
con el desayuno en la cama
dejando la puerta entrecerrada
y la ventana abierta.
Hoy es Domingo,
día de bicicleta.
La carretera aguarda
para ser disfrutada
pedaleando con muchas ganas
como para recorrer el mundo
comiendo cada paisaje,
aspirando nuevos aires
dejando que los sueños divaguen
como cuando éramos niños.
Remontar el alma
como si fuera una cometa
y sentir que las ruedas
se transforman en alas.
Si, hoy es Domingo,
día de bicicleta
y debo abandonar estos versos
porque la aventura de volar
nos espera.
Daniel Valdman
