Llegaste a mi para despertarme
de la modorra oscura del sentimiento
sometiendo a todos los silencios
a la palabra deliciosa de un beso.
Creaste sensaciones nuevas
que quizás estaban escondidas,
llevándome a mundos de fantasías
que solo se encuentran en el cariño.
Te debo la vida que encontré en tus brazos,
en tus caricias, en tus suspiros
y en la imaginación de poder amarnos.
Porque el estar contigo es un sueño
que por mucho tiempo he buscado
y sin querer, a la vuelta de la esquina,
el destino te puso a mi lado.
No se cuál es el motivo
ni me interesa averiguarlo.
La felicidad del espíritu
no requiere explicaciones.
Solo deseo seguir sumergido
en este amor intenso, lleno de pasiones,
que convirtió el fantasma de mi
en el que soy ahora,
la otra parte de tu alma.
