en la caricia de la mañana
que le pone fe a mi alma
de que será un mejor día.
En el beso de despedida
que no me dejará olvidarte
durante toda la jornada.
En la sonrisa cotidiana
diciéndome que me esperas
sin importar a donde vaya
y en el anhelo constante
de tenerte entre mis brazos
compartiendo los momentos
que la felicidad nos brinda.
Estoy en ti
en el café de la hora temprana
haciendo que cada mañana
tenga renovadas esperanzas
en el jardín de nuestro nido.
En la caricia que te brindo
apoyando en mi mano tu cara
y en el beso profundo que nos deja
sin intención de separarnos.
Y así juntos seguimos andando
con el amor flotando
aunque el beso y la caricia
sean actos de despedida
augurando un pronto regreso.
Porque este amor que nos tenemos
es el que crea la vida.
Daniel Valdman
