lunes, 17 de julio de 2023

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Estaba la pasión
unida a nuestro abrazo
mientras desesperados los brazos
se desprendían de las prendas
dejando muy claro
la desnudez del espíritu
y a su vez, 
la transparencia de las almas.
No hizo falta
desabotonar nada.
Con la simple mirada
se comprendía todo
y la ansiedad controlada
bullía para ser liberada
mientras los labios,
inquietos y deseosos
se relamían buscando
inventar un solo beso.
Debería ser único,
profundo e intenso
por ser el primero
y así liberar los pudores,
las angustias, los temores
de mostrar los cuerpos enteros
sin las apariencias que cohiben.
Y pasó esa noche
al llegar el nuevo día
y otros amaneceres
vinieron a nuestras mentes
hasta llegar a hoy
sin promesas ni juramentos
solamente los te amo y los te quiero
que al cabo de los años
hizo con nosotros la vida.
Daniel Valdman.