miércoles, 7 de febrero de 2024

Progreso

Es muy temprano todavía
y el sueño se ha fugado.
Vaya a saberse con que he soñado
que el desvelo me está robando
lo que me pertenece como descanso
tras una larga jornada.
Aún las aves no cantan
y el cielo está nublado.
La escarcha pinta todo de blanco
y la neblina va creando sus fantasmas.
El sonido de las máquinas
del silencio hace gala
mientras trato de manejar la palabra
tras un cuento, un verso o un poema.
La noche me envuelve frente al teclado
divirtiéndose conmigo 
poniéndome algunas trampas
sabiendo él que bien no lo domino
en la cara se me ríe a carcajadas.
Cuántas tecnologías
mi generación ha superado
que corre a pasos agigantados
sin poder alcanzarlos
con tanta vida ya cumplida.
Es el futuro que antes se ha soñado
con fantasías creídas imposibles
que hasta la Luna y los demás astros
temen la invasión de los extraños
que hoy viven en la Tierra.
Y desaparecen los versos con sus poetas.
Los libros reposan en las bibliotecas
con la imaginación que de niños tuvimos
y hoy, tras un teclado, 
se hicieron realidades. 
Ya no se puede hablar del pasado,
se me hace muy distante
cuando el sueño era una pelota 
o jugar a las escondidas en la calle
y las puertas se mantenían abiertas
para recibir a cualquier visitante
para compartir un vinito o un mate
disfrutando la vida sin carreras
y sin teclados.
Daniel Valdman.