es lo que te traigo
deseosa de que la aprietes
contra tu pecho
y sientas su perfume
como si fuera un beso
en el aroma embriagante
del sentimiento.
Una sola flor
pues más no pude
porque me daba pena
romper los jardines
por una simple rosa
que calmase mis tentaciones.
Pero es roja, como el color
de mis pasiones,
púrpura como la sangre
que bulle en mis ansiedades
y verdes sus hojas
como la maravillosa primavera.
Te he traido una flor,
porque más no pude
invitándote a que la tomes
y la abraces como a mi alma.
Daniel Valdman.