salpicado por millones de lentejuelas
que cada una a su manera
titila para darse mayor envergadura.
Tanta cantidad insondable
que inútil es contarlas
haciendo un espectáculo brillante
mucho más grande que cualquier fantasía.
Y busco tu mano para que me acompañes
a ser astronautas sin dejar la Tierra
y zambullirnos en esas inmensidades
a orillas del mar, sentados en la arena
dejando que los ojos
con la mente divaguen
y las olas nos canten
un himno a la vida.
Playa, mar, cielo y tierra.
Tu mano en la mía
y las almas sumidas
en la pasión del momento
deseando que sea eterno
y que no venga el Sol a quebrarlo.
Tanto amor no hay en ninguna parte
sin besos ni caricias
ni ansiedades que los provoquen.
Solo tu y yo en esta cita
donde la inmensidad
nos regala su romance.
Daniel Valdman.