domingo, 6 de noviembre de 2016

Regalo

Sucumbimos en nuestro encuentro
al placer de acariciarnos.
La necesidad espontánea
de tenernos en un abrazo
destruyendo angustias y soledades
al recibir de cada uno
el manto cálido del cariño.
No es la posesión de los cuerpos,
es el desprendimiento de las almas
para que se junten en la danza
al que el amor, las lleva en su locura.
Y ese sentir perdura
a pesar de las ideas
que al mundo físico nos arrebata.
Somos eso, espíritus indomables
superando realidades
para entrar en nuestro universo;
sin palabras, en silencios
que se sumergen entre caricias y anhelos
de saciar la sed de sentimientos.
Y tras todos estos acontecimientos,
he hallado la felicidad
en la sonrisa que me regalas.
Daniel Valdman