lo que el alma dicta a la escritura.
No son vanas las palabras.
La conciencia aún turbia
no busca sonetos o prosas
para llenar la página
sino sentimientos que contagien
el espíritu de quien las lea.
Y están allí, cerrada mi boca
conversando conmigo en el cerebro
llenándome la mente de historias
entre aventuras y amores,
entre anécdotas y sueños.
Cuantas vidas he tenido.
Cada una según las circunstancias
asumiendo a veces el rol de víctima
y otras veces de victimario.
No tengo a quién pagarle mis errores
ni con quién festejar los aciertos.
Noches y días transcurriendo
en el balance de lo bueno y de lo malo.
Lo que si, es que a la vida amo
decorada con tus caricias y tus besos,
compartiendo la misma almohada
y también quizás los mismos sueños.
Cuánto hace ya que no nos soltamos las manos.
Meses, años de los que no me arrepiento
y soy feliz viviendo a tu lado
porque eres el mejor lado
de lo poco que tengo.
Daniel Valdman.