sábado, 23 de septiembre de 2023

Quico

Quico, vamos a la calle.
Y mueve la cola esperanzado
saltando en dos patas
con la alegría que le ponga su collar.
Se aquieta un momento
exactamente el tiempo
para sentir el arnés puesto
enfrentando a la puerta
para encontrar su libertad.
Sabe que en el parque lo suelto
y lleva su juguete entre dientes
como parte de su personalidad
que comparte de vez en cuando
porque nunca me lo da en la mano
mostrando siempre
que es de su propiedad.
Y corre y brinca y juega
y me hago parte de su tarea
arrojándolo lejos 
para que lo vaya a buscar.
Y moviendo la cola 
lo trae expectante
previniendo el instante
en que lo vuelva a lanzar.
Y tras tanta energía
que hemos gastado, 
lentamente, muy despacio
encaramos el regreso
como sin quererlo
desear llegar.
Me mira como diciendo
vamos, quedémonos un poquito más
y yo, débil a su encanto
el juguete otra vez le lanzo
sabiendo que soy yo
el que lo tendrá que ir a buscar.
Quico ya está cansado
y yo lo estoy mucho más
aunque los dos lo hemos disfrutado
y al llegar a casa, me extiende su mano
agradeciendo quizás
esta hermosa amistad.
Daniel Valdman.