deseos viejos
esperando que desde el cielo
se consiga la fuerza
para cumplir nuestros anhelos.
Pedidos y ruegos
porque nada nos alcanza
y lo que tenemos parece poco
aunque muchos no tengan nada.
Cambiará el mundo cuando sepamos
que nuestra voluntad es la que falla.
Cuando no pidamos por nosotros
sino por aquellos que les hace falta
y que nuestro egoísmo se transforme
en caridad y confianza.
Cuando no haya diferencias
entre colores y razas
y que nos demos cuenta
que los desamparados
existen por nuestra causa.
Año nuevo con deseos viejos,
como que no somos capases
de vencer a la historia
haciendo un mundo nuevo
sin medallas ni glorias
sino humildemente
con las herramientas que tenemos.
Del pan vive el hombre
sin diferencias de clases ni religiones
y cuando se derrumben las fronteras
que debilitan los pensamientos,
con una pala y una azada
vayamos a sembrar el trigo
que nos de el pan en su cosecha.
Daniel Valdman.
