viernes, 11 de marzo de 2016

La casita blanca

La casita blanca
con sus tejas rojas
no tiene dirección,
está en mi alma.
Es la que te aguarda
y mantengo limpia
para que cuando vengas
halles la paz que te falta
y la sensación
de sentirte protegida.
La cuido para ti
porque de la casa
eres la ama
y yo, intruso habitante,
la lleno de amor constante
para que cuando entres,
nunca te vayas.
Así pago mi existencia
con el valor del sentimiento,
que nunca fue tan bello
ni profundo ni sincero
tratando de conquistar
tu presencia.
El huerto y el jardín
se alegran
cada vez que los riego
con tus sonrisas
que las junto todas
en el recuerdo
y las entrego a las flores
que tu acaricias.
Este es el lugar que te ofrezco,
una casita blanca,
con tejas rojas.
Daniel Valdman