se desgarra cada trazo
de la palabra
para convertirse en sentimiento.
Es una sensación
que nace del pecho
poniendo tu rostro en la mente.
Y un montón de emociones
invaden el cuerpo
queriendo contagiarte
de este sentir tan intenso.
Cuando escribo te amo
sale de mi un ser infinito
queriendo cubrir distancias
hasta llegar a tu alma
para unirla a la mía.
Y no soy yo,
es el universo que reclama
que justamente esas dos palabras
realicen la vida.