miércoles, 18 de noviembre de 2020

Jardín



Florece el jardín
tras los cuidados que recibe.
Regado, abono, cariño
y una caricia en cada mata.
Parece como si las flores lo devolvieran
brindando una sonrisa
en cada pétalo que se abre.
Es exactamente igual
al paraíso de nuestro sentimiento
porque lo regamos con comprensión,
con dulzura y locuras
alimentando las raíces que nos unen.
La necesidad de tocarnos, de sentirnos,
de compartir el calor
que emana de los cuerpos
y esos enormes silencios
donde solo se escuchan las miradas
hacen que este Edén
sea el nido de nuestros corazones.
Daniel Valdman