por nuestras venas.
El calor desespera
haciendo mas fuerte
la necesidad de poseernos.
Somos dos queriendo ser uno
metidos en los cuerpos
pero más que todo
en las almas.
No alcanzan las caricias.
Los besos se desparraman
y en las furtivas miradas
queremos ver
hasta donde se llega.
La pasión incontrolable
hace que los espíritus se amen
volando en su propio Universo.