por nuestras venas,
pero no es la sangre
que nos da vida.
Son los sueños, las fantasías
que nos hacen creer
en un mañana.
Y cómo no soñar
de que estés conmigo
para recorrer el camino
que nos lleve a realizarlos.
Sentir tus cabellos,
coger tu mano
y ver que la felicidad
brilla en las miradas.
No importa que tan dura
sea la brecha.
Lo importante es que soñemos
a juntos transitarla.