se coloca la semilla.
Se la abona y se la riega
creando el poder de la vida.
Y así es el amor
cultivandolo cada día,
abonándolo con sentimiento.
Y es así que te quiero,
con el verso diario
y una caricia
diciéndote que te amo.
Nuestro jardín
no está en el prado,
crece y florece
en nuestras almas,
entre sueños,
entre fantasías
y con la realidad profunda
cuando nos miramos