juzgando mis errores
cuando la juventud
pecaba de inexperiencia.
Cuántos amores
se posaron en mis brazos
causando alegrías y dolores
sin haberlos retenido
quizás, cambiando mi vida.
Imposible remediarlos
aunque aún sienta en los labios
el sabor de esas pasiones.
Ya, a esta altura,
con infinidad de transcurridos días,
surgen extraídos
desde rincones de la memoria
escenas, momentos e ilusiones
que creí haberlos dejado allí,
en el olvido de mi historia.
No se por qué me atacan ahora.
Quizás me están diciendo
que me queda poco tiempo
para volver a disfrutar la vida.
Daniel Valdman