ni los ideales ni las conciencias.
Tampoco las creencias
mucho menos los poderíos.
El mundo cae en un abismo
tratando cada uno
de imponer sus reglas.
Desde los cielos se imponen los ataques
y desde los cielos las defensas.
No importa lo que caiga en la tierra,
todo sirve para los combates.
Y la humanidad plena
tratando de salvarse,
va cruzando las fronteras
tratando de hallar
la paz que no existe.
Todo el mundo involucrado,
país contra país,
hermano contra hermano
con fusiles en las manos
o con hachas o con machetes.
La violencia es la de siempre
pero el campo de batalla
cada vez es más grande.
Quién pudiera fabricar el arma
que siembre sentimiento en las almas
y que esparzan semillas en vez de balas
dejando de estar
las manos ensangrentadas
y se puedan saludar cálidamente
los que hoy son enemigos
sin justificaciones ni motivos
simplemente, por ser humanos.
Daniel Valdman.
No hay comentarios:
Publicar un comentario