las letras en mi cabeza
tratando de conciliar
tan solo una palabra.
No se detienen en puntos
ni en comas
desechando lo que no
tiene sonido.
Viva la patria
gritó un desconocido.
Deme nombre y apellido
ordenó un comandante
y sentándose adelante
en el carro que no conducía
ordenó que se detenga
al pobre ignorante
de las leyes impuestas.
Prohibido hablar.
La política gobierna.
Tampoco se puede gritar
que la Patria es toda la Tierra.
No hay límites ni fronteras
ni mares que la distingan
Y asi sin saber qué escribir
en este mundo de letras
se escapó todo nu cuento
sin razones ni respuestas
en la verdad de la existencia
donde núnca seremos libres.
Daniel Valdman.