brilla el arco iris,
pequeños diamantes
que nutren el aire
dándole vida a cada hoja.
Y así el sentimiento
vuela en cada sueño
sin encontrar barreras
en todo el horizonte.
Desde lejos el cielo
contempla toda su obra
Queriéndole dar
más brillo al gran astro
a medida que se eleva
buscando su punto más alto
dejando atras el alba
cargando al día de esperanzas.
En la hora temprana
el silencio acompaña
creando un mundo nuevo
de paz y de calma
ansiando de que dure
toda la vida.
Soñar no cuesta nada
y ya borra de la imaginación
los acordes graves de las máquinas
que aturden, ensordecen y ciegan
las fantasías locas
del pobre poeta
que desea sembrar diamantes
posados en cada hoja
con múltiples argo iris
mientras el rocío se evapora.
Daniel Valdman.
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