Ya me he gastado
casi toda la vida
y el resto que me queda
trataré de disfrutarlo
inclusive con sus penas.
Desde hoy tendré alegrías
sin que nada me incomode.
Seré la mejor audiencia
para aquellos que necesiten
una buena compañía.
Que descarguen en mi sus pesares,
sus sueños, sus fantasías
y les enseñaré a abrazar el árbol
para que les de su energía
que es de la misma tierra
con quien con ellos comparto.
Seré el lago tranquilo
donde bañaré mi conciencia
desprendiéndome de pesadas cargas
que arrastro desde mi inocencia.
Ya no abrán carreras
que me obliguen a la competencia
ni sermones que enjuicien
a las almas en pena.
Regalaré lo aprendido
como parte de la herencia
y que cada uno escoja
de la mesa grande que les brindo
llevándose de mi
lo mejor de mi esencia.
Y así viviré este tiempo
que es el resto que me queda.
Daniel Valdman.
No hay comentarios:
Publicar un comentario