si no estás entre ellos.
Demás tengo los labios
si es que no te beso.
Y todo el cuerpo sobra
si es que no te cobija
en las duras noches de invierno
cuando la leña crepita
y el calor de su fuego
no te llega hasta el alma.
Tengo las manos vacías
aguardándote para las caricias
que tu prsencia genera
mientras el corazón palpita
aferrado a una esperanza.
Se que pronto acabará tu partida
y ya la emoción
se apodera de mi alma.
No me alcanzarán las flores
para darte la bienvenida
pués tendré tanta alegría
que los jardines serán pobres.
Y llenará mis brazos tu abrazo
y despertará la sangre en mis labios
volviendo los besos extrañados
tras el tiempo separados
amándonos entre sueños.
Daniel Valdman
Mañana se termina el siglo de ausencia.
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