algún día
trayendo primaveras
en sus corazones
contagiando al mundo de alegrías
borrando penas y dolores.
Se darán la mano
entre gente desconocida
y las sonrisas brotarán
plagadas de ilusiones
compartiendo anehlos y bendiciones
sabiendo que ese será
un gran día.
Nada cuesta soñar
y deseo que mi sueño
sirva de herencia
ya que mis pocas fuerzas
no llegaron a relizarlo.
Dejaré para otras generaciones
lo que no he podido lograrlo
y que todos mis intentos
sirvan de comienzos
para que al llegar las golondrinas
ya este sea un mundo nuevo.
Daniel Valdman.
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