Promesas

Ya, se acabó.
Hoy es el último día de este año.

No hay manera de cumplir las promesas

que el fin del año pasado

solo quedaron en esperanzas.

Solo quedaron en eso,

en ilusiones y sueños

que en todo este tiempo

no se han realizado.

Quizás el próximo año

que ya toca las puertas

volveremos a las mismas promesas

para no cumplirlas como en este año.

Feliz año para todos

y seamos más sinceros

poniendo las mejores fuerzas

para cumplir nuestros deseos

y no dejemos todo

a las manos de las promesas.

Daniel Valdman.

Placer

Domingo nublado y frío.
El silencio citadino
hace más gélido el paisaje

en la temporada solitaria

porque casi todos se han ido

buscando un poco de calor en los campos

o en las playas que ya estarán plagadas

de sombrillas, turistas y carpas. 

Se pierde la poesía entre multitudes

y el descanso que se busca

desespera tratando de hallar

su metro cuadrado de arena.

Ni hablar de las carreteras

apurando a la marcha lenta

que están obligados

porque los vehículos más pesados

deben llevar su mercancía

sin importar el día que sea

aunque fuese fin de año.

Domingo, nublado y frío

en este silencio citadino

es un placer la paz en mi barrio.

Daniel Valdman

.

Carta

Desean las palabras
que alguien las escuche,
las sienta, las lea.

Que se reciba el mensaje

aunque noticia no sea

dejando en el aire la moraleja

que cada una de sus letras

desean armar para que se recuerde.

No importa el estilo

ni tampoco el idioma.

Puede ser carta, cuento,

poesía o prosa

con la inspiración de quien escribe,

el alma de quien lo recibe

y la fantasía que genera.

Las letras que forman las palabras,

cada una dibujada

como obra de arte

haciendo del escrito un paisaje

o a veces algo abstracto.

Pero ya se perdió

la aventura de las cartas.

Ya no se espera al cartero

para recibir el correo

que con ansiedad se esperaba.

El modernismo acabó con los sueños

y también con las esperanzas

conque se dibujaba cada letra,

se cuidaban los detalles

deseando que la dirección

no sea devuelta al remitente.

Daniel Valdman.

Tormentas

Se escuchan los truenos retumbando.

Las nubes aceleran la tormenta

dejando ver los fulgores y centellas

que emanan desde el cielo.

El ganado por el campo errando

hará frente al invierno

contra nieve, granizo y frío

sosteniendo como abrigo

solamente sus cueros.

Cobijados en la cabaña

vemos como las nubes pasan

llevándose el cargamento

para soltarlo en cualquier momento

y donde menos se lo espera.

Llega el invierno en medio del verano

sin tenernos preparados

para enfrentar tal siniestro,

con los campos recién sembrados

después de las cosechas

deseando que reverdezcan

en el clima y tiempo acostumbrados.

Cambió lo que sucede en la Tierra.

Debemos tener paciencia

y aprender a leer los cielos.

No hay máquina ni herramienta

que pueda controlarlo

y tan solo nos queda

encender los leños,

rezar para que ninguna teja se mueva

y abrazarnos fuertemente

sabiendo que nos tenemos

para soportar esta tormenta

y que con nuestro amor,

todo podremos.

Daniel Valdman.

Manto

No se si te llega mi sentimiento
de la manera que lo siento.

Cuando te recuestas en mi pecho

recogiendo mis brazos

para que te sirvan de manto

haciéndote dueña de mi cuerpo

disfrutando el calor de amarnos.

Te colocas de espalda

sin que pueda ver tu mirada

para no ver en tus ojos

la picardía de la travesura.

Y nos quedamos así, en silencio,

sin decir nada

dejando que las mentes

sean ocupadas por las almas

y las caricias quietas

por lo grandioso del momento

no necesiten expresarse,

ni siquiera los besos

pues ese instante de silencio

arropados con nuestros cuerpos

dice todos los gestos

que de carriño podríamos darnos.

Y como estás de espalda,

sin que pueda ver tu mirada

no se si te llega mi sentimiento

de la manera que lo siento

mientras recostada en mi pecho

buscas mis brazos como manto.

Daniel Valdman.

Rutina

En la ciudad quieta hay silencio

ya avanzada la mañana

que ni las aves cantan

para saludar a los cielos

creando un sentimiento austero

de soledad ausente de vida.

No hay motores ni sirenas

ni vendedores ambulantes.

Ni del chatarrero 

que para en las esquinas

anunciando su llegada 

para comprar metales.

No hay ruidos de ninguna clase

y parece que la cafetera

se unió al movimiento

que nada ni nadie hace

porque todo está quieto

en este día sacro y brillante.

Quedaron los muros sin gente

porque todos salieron 

a buscar nuevos aires,

a respirar verde naturaleza,

la que en la ciudades 

no se encuentra.

Gracias a que existen 

días como este

donde todo está quieto

y de verdad nada se mueve

y la rutina desaparece

tratando de encontrar

renovadas fuerzas.

Daniel Valdman.

Futuro

Marca el cielo 

el tiempo exacto

en que la golondrina 

busque su verano,

en que el trigo 

esté madurando

y en que la alegría 

inunde los corazones.

Las horas y minutos 

están calculados

para que la mariposa emperatríz

abandone su árbol

llenando de colores los campos

y produzca sonrisas 

en los rostros de las gentes.

No hay error en los cálculos,

los días son exactos.

Las siembras y cosechas,

las lluvias y las tormentas

tienen su tiempo

sin llegar tarde o temprano.

Así es la Naturaleza,

solo que el ser humano

le colocó las fechas

a cada acontecimiento del año

sin pensar que la historia

la hace el pasado

y que el futuro 

siempre será incierto.

Daniel Valdman.

Calendario

Se crean ilusiones,
se ansían esperanzas.

Cada espíritu se compromete

a mejorar el mañana

en el año que se viene.

Llegar más cerca de los logros,

cumplir las promesas dadas.

Desear que los sueños se realicen

y sobre todo,

que haya paz en las almas.

Todo junto para una fecha,

la última hoja del calendario

cuando el cielo se llena de promesas

de las anteriores y de las nuevas.

De tanto que se ha pedido

parecen caerse las estrellas

mientras las copas de vino

se llenan en todas las mesas

brindando por el nuevo año,

olvidando lo que se ha pasado

o quizás celebrando

lo que se haya conseguido.

Feliz año para todos

aunque solo sea

la nueva hoja de un calendario.

Daniel Valdman.

Aromas

Se sienten los aromas

de las fiestas en las calles.

Los panes dulces, los chocolates.

Los buñuelos que están de oferta

y las sidras ansiosas por destaparse.

Todo es jolgorio y alegría.

La gente por los puestos camina

saludando con sonrisas

aunque sean desconocidos.

Es otro ambiente, es otro espíritu

rompiendo la rutina

que se cargó durante un año.

Todo esto transcurre 

a la luz del día,

pero llegada la noche,

quedando la luz dormida,

estallan en el firmamento

otras luces de fuego

con miles de colores

y con ruidos de bombas.

El alcohol enciende las mechas

idiotizando las fiestas

que se arman en cada esquina

dejando que los bombarderos

arriesguen sus vidas

y la de los niños

maravillados por la experiencia

deseando lanzar bengalas y estrellas

llenando así las salas de urgencias

porque el fuego alcoholizado

reventó en sus manos

y allí acabó la fiesta.

Ahora es otro aroma,

el de gazas, el de vendas.

El de lágrimas culpables

por no haberse dado cuenta

y la carga imperdonable

de dañar así las vidas.

Daniel Valdman.

Paraísos

El tiempo pasa
y la historia no cambia.
Enfrentamientos y batallas
sin ideales ni motivos

para satisfacer ambiciones

despreciando la vida.

Se destruyen las familias

desapareciendo seres queridos

enviados al combate

sin razones ni sentidos.

Mirada desde una estrella

la Tierra es un punto perdido,

sin luz propia que le de brillo

sin barreras ni fronteras

para que alguien diga

que el planeta es mío.

Tras cada sepultura 

se ponen ramos de flores

mientras siguen disparando los cañones

sembrando terrenos de tumbas

demostrando que la muerte

es más importante que la vida.

El tiempo pasa

y la historia no cambia.

La ambición desesperada

sigue creando las armas

en vez de sembrar

paraísos de flores.

Daniel Valdman.

Mañana

En la mañana fresca
de algún invierno,
mientras la gota de rocío
entristece el alma,
busco tu caricia,
quizás callada,
entre los sueños

que vivo despierto.

Busco tus cabellos

enredados en mis manos

y tu boca

en dulce esperanzada

que tal vez mis labios

angustiados por ello, 

besaron quizás,

como esta,

una mañana.

Daniel Valdman.

Vals

Los leones de cerámica

vigilan la entrada

aunque no ataquen a nadie

ni a nada

solo están para decorarla.

Dentro el salon

plagado de luces blancas

relucen las vestimentas

de quienes esperan de la orquesta

los primeros acordes

para iniciar la gran danza.

Y comienzan los violines

y después los trombones

y las parejas se animan a moverse

a un ritmo suave al compás de los sonidos.

Y vuelan las faldas y elegantes vestidos

como si fueran aves surcando el piso

queriendo atrapar el cielo

aunque estén dentro

del espectacular recinto.

Y te alzo por la cintura

y estiras los brazos

para alcanzar las estrellas

y te bajo muy despacio

disfrutando tu sonrisa bella

queriendo que se junten los labios

como señal de agradecimiento

por elevarte tan alto,

como lo alto del firmamento

que al ritmo del vals

vuelan nuestras almas.

Daniel Valdman.

Juego

Te descubrí !!!

escondida tras una sonrisa

espiándome por el filo de las cobijas,

con los ojos semi cerrados

ocultando una mirada pícara.

Te causaba gracia 

ver como te buscaba

hasta debajo de la cama

sabiendo que en mis vueltas

no te encontraría.

No quería abrir las mantas

para que sigas con tu alegría

mientras yo deseaba tu mejilla

para darte el beeso 

de los buenos días.

No remoloneabas ni te movías.

Apenas respirabas

haciéndote la dormida

para que te siga buscando

y decirte que al hallarte

no te soltaré en toda la vida.

Daniel Valdman.  

    

Sueños

Las pesadillas de la realidad

no logran suprimir los sueños.

Que el cielo sea claro,

que el mar siga cantando.

Que tu sonrisa siempre brille

en mis momentos de turbulencias

y me invada la calma

en cada respuesta 

a tus interrogantes.

Que la caricia nunca nos falte

al compartir las almohadas

y que entre nuestras miradas

nos digamos todo 

lo que los silencios callan.

Si, la realidad no puede 

contra el sentimiento

pues es tanto el amor que te tengo

que no hay adversidad 

que no pueda superarse.

Todo es posible

y es por ello que existen los sueños,

para estrecharnos en un abrazo,

para confundirnos en un beso

y sobre todo para decirnos

que no estamos solos,

que seremos dos

enfrentando a la vida.

Daniel Valdman.

Balance

Otra hoja que cae
sumándose a la cuenta del calendario.

No se si he cumplido con la vida

o si todavía aún le debo algo.

No llevo el balance

de los árboles que he sembrado,

de los libros que habré escrito

y cuyas página he diseminado

y los consejos, los juegos y las tareas

que con mi hija he compartido.

No se si hasta ahora he cumplido

porque me quejo mucho de mi historia,

nunca quise conquistar glorias

ni medallas ni trofeos

que vaya a saberse 

en qué armario estén colgadas

o perdidas en alguna mudanza

de las que tantas veces me he cambiado. 

No se quién lleva las cuentas

pero siento que voy perdiendo

y ya no tengo las mismas fuerzas

para realizar lo que todavía no he hecho.

Vaya a saberse 

qué me tiene preparado el destino

porque la aventura de vivir

nunca tiene un rumbo fijo

y en esas cuentas es que me pierdo

porque el timón de mi barca

nunca estuvo amarrado

y las hojas del calendario

siguen bajando

mientras el tiempo se agota

y yo siento que aún,

me falta cumplir con algo.

Daniel Valdman.

Selvas

Se multiplicará la selva,
se limpiarán los mares
y todo lo que la marea deja
será atrapado por las hierbas
escondiéndolo en la arena
que hasta las playas
invadirá la naturaleza.

Crecerán fuertes los animales

sin temor a que los maten

las balas traicioneras

y cruzarán briosas las aves

adueñándose del aire

seguras y confiadas

que para ellas será el mañana. 

Todo volverá a su natural calma.

Solo desaparecerá una especie

y es la especie humana.

Daniel Valdman.

Tesoro

Miro tu rostro y comprendo
la felicidad de tenerte en mi vida.

Se van las angustias,

se escapan las penas

y una sensación inmensa

me llena el alma de ternura.

Dejo de ser yo

para convertirme en un sueño,

transparente, volatil, travieso

que ansía abrazarte fuerte

para meterse en tu pecho

y compartas conmigo

lo que justo al mirarte siento.

Veo el tiempo que pasamos,

como cayeron las hojas del calendario

y la historia que formamos

siempre tomados de la mano

juntando los espíritus.

Difíciles decisiones enfrentamos

siempre con una sonrisa en los labios

dándonos fuerzas para seguir adelante

riéndonos luego de haberlas superado.

Y hoy la calma que nos hemos ganado,

a pesar de tener los cabellos canos

me permiten ver tu rostro,

hundirme en tus ojos

y sentir cuanto amor hay en tu alma.

Si, la vida sigue pasando

y cada minuto que el reloj agrega

más aún nos amamos

como si realmente fuera

el más grande tesoro 

que hayamos encontrado.

Daniel Valdman.

Fiestas

Suenan las alarmas.
Las fiestas están cerca.
La pólvora estalla
y no hay quien la detenga.
Se llenan las salas de urgencias
por accidentes de fuego
y los médicos no saben
cómo detener las conciencias.

Hay gritos y llantos

por los dolores provocados,

todos lavándose las manos

para no mostrarse como culpables.

Y el futuro del quemado

sin razón queda truncado

pues siempre estará marcado

en especial, al llegar las fiestas

al no saber qué se celebra

con sus cicatrices abiertas

sin que sirvan de escarnio.

Y tras otra copa

estallará otra bomba

buscando nueva víctima

de la idiotez humana.

Daniel Valdman.

Musas

Saltan y bailan las musas divertidas

aprovechando su momento de relajo.

No piensan, no inspiran

y son libres de tomarse un descanso.

Dejaron los sentimientos a un lado

sintiendo que nada las obliga.

Sabiendo que bastante al poeta ayudaron

a escribir esos versos para quien ama tanto.

Olvidaron las caricias, no recuerdan los besos.

Ya no sienten los abrazos

mientras se juntaban los cuerpos

y los corazones estallaban 

de tanto sentimiento

mientras las palabras sobraban 

hundiéndose en silencios.

Se están tomando su tiempo

quizás recogiendo nuevas energías

para contar con los sueños

que al lector llene de alegrías

o las penas sucumbidas

entre amores, aciertos o fracasos.

Saltan y bailan las musas divertidas

abandonando así los versos y las rimas

que para el poeta es un consuelo

al poder expresar al mundo entero

lo que su alma dicta

en cada uno de los gestos

en cada caricia, en cada beso

o en cada palabra

que las musas hoy no inspiran.

Daniel Valdman.

Mundo

Tiemblan los cielos y su firmamento.
La angustia de tu llanto
hace vibrar al mundo entero.

Nada vale tanto

como el derrame de una lágrima

ni la angustia provocada

que sea capás de borrar tu sonrisa.

Tirita la Tierra ante tu tristeza

mientras el gran astro con su luz

trata de consolarte

ardiendo más fuerte y brillante

para acabar con las tormentas

que arremeten contra tu alma.

Ha de haber paz y calma

en el hombro que te ofrezco

y si allí no lo hallas

extirparé mi corazón latiendo

para que abrace al tuyo y lo contagie

de la más pura y suave esperanza.

Nada vale lo que tu lágrima derramada.

Entonces, toma mi brazo, sigue adelante.

Aspira profundo y exhala las penas

que la vida está llena

de bellezas extraordinarias

y tu sonrisa es una de ellas

que ilumina mi alma

haciendo que mi mundo

se encuentre en tus manos.

Daniel Valdman.

Volar

Va creciendo el alba

espantando a las tinieblas.

Se eleva la luz sobre la montaña

y la majestuocidad del Sol

se apodera de su reino.

Quedan los sueños en la almohada

inmersos en su propio mundo

mientras la realidad de la mañana

obliga a seguir construyendo la vida.

Las tareas abandonadas

reclaman su asistencia

y la rutina emerge

al igual que todos los días.

Pero hoy es distinto.

El cielo se vistió de gala

pintando con las nubes

nuevos panoramas

para que los niños imaginen

cuentos, historias y aventuras.

Allí una barca,

detrás, un perro brincando

y unas garzas volando

le dan tinte al paisaje.

Y uno ya no es niño

para dibujar con las nubes

aunque quisiera subirse

a esas inocentes fantasías

para volar con los vientos

recorriendo miles de sueños

a donde quieran llevarnos las nubes.

Daniel Valdman.

Creer

Crean muchas alegrías
que las matas florecidas
ya están dando sus frutos
en la pequeña huerta
de nuestras esperanzas.

Van madurando de a poco

a pesar de nuestras ansias

que afanan su crecimiento

para empezar a probarlas

y sentir el dulce gusto

por el esfuerzo de nuestra labranza

mientras nuestros sueños 

se encuentran en sus ramas

como agradecciendo el amor

con el que se las ha abonado.

Grande es la Naturaleza

que con mucho cariño y paciencia

nos premia con su magnificencia

la labor que hemos realizado.

Y recién comienza la primer cosecha

y no vemos la hora de festejarlo,

justo cuando se cumple un nuevo año

para ponerle al futuro

más esperanzas con nuevas fuerzas.

Daniel Valdman.

Vacío

Hace varios días que no escribo.

es que no encuentro las palabras

que mantengan la fe y esperanza

de que pueda heredar mejor vida

a la sangre que viene detrás mío.

Decirle que se puede,

que no todo es oscuro y frío,

que los jardines florecen

y que la sonrisa existe en las almas.

Que la bondad si se quiere se propaga

por más que se intente ocultarla

y que es mejor dar las gracias

a callar las disculpas.

Me cuesta encontrar las palabras

porque mi espíritu está triste.

Tanta angustia, tanto dolor sin motivo,

mientras la barbarie se apropia del futuro

y no tengo las armas para poder evitarlo.

Si, porque hay armas de paz, de alegrías

que producen las mejores sonrisas

en las manos que acarician

y que hacen sentir un mejor mañana.

Y hoy, no encuentro las palabras.

Mi espíritu está triste

y es por eso que no escribo

porque no se 

cómo crear la esperanza.

Quizás, quien me lea me acompaña

y juntos logremos 

invadir el mundo con amor .

Daniel Valdman.

 

Jungla

La jungla de asfalto y cemento
la vida de la gente va consumiendo
afanando los quehaceres y los tiempos
tratando de no dejar nada pendiente.

Absorvidos por la imagen de la pantalla

cruzan las vías desafiando a los motores

que en su marcha y en su rugido

hacen anuncio de su presencia

mientras el intrépido, sin darse cuenta

continúa inmerso en la pantalla.

Hierven las calles de público expectante

de encontrar los regalos para las fiestas

entre tantos anuncios, voceros y promesas

mientras la pantalla siendo la que ordena

insiste en seguir la marcha 

llevándose a la gente por delante.

Desaparecieron las disculpas, los respetos.

La meta es llegar primero

antes de que se acabe el tiempo

junto con las promesas para las fiestas

y la alegría de entrar en vacaciones.

La jungla de asfalto y cemento

se va comiendo a la gente

convirtiéndola simplemente

en el otro lado de la pantalla.

Daniel Valdman.

Guerra

Se multiplica la vida bajo el cielo.

Hasta el insecto más pequeño

sale a buscar su alimento

y las aves entre vuelos y trinos

tratan de saciar el hambre del nido.

No hay descanso y la tierra vibra.

El movimiento de la supervivencia

ocupa todos los espacios.

El ganado en su campo

lleno de soles y estrellas 

tras las aguas frescas

después de pasar veranos.

El granjero en su labrado

alimentando cerdos y caballos

y las arepas tibias humeando

creando el desayuno.

Delicioso el sabor de la mañana

lleno de aromas y anhelos profesando

agregándole espíritu al nuevo día.

Si, esto es la vida.

Quiera la Naturaleza

que el hombre no acabe con ella.

Daniel Valdman.