y salió el Sol
para borrar las tinieblas
que oscurecieron más la noche
con los relámpagos y sus voces
estallando entre los sueños
como tambores de un concierto
acompañados por las aguas
que caían sobre el tejado.
Pero más pudo el gran astro
trayendo calor y luz sobre la tierra
coloreando las esperanzas
de que habrá buenas cosechas
y que se llenarán los campos
de verdes y tiernos sembrados.
Y tu y yo, tomados de la mano
recorreremos los surcos
que las aguas hayan dejado
esparicendo semillas de amor y cariño
con cada beso, con cada abrazo,
con cada caricia
que nazca del sentimiento.
Y así crecerá nuestra huerta
con el mejor de los abonos
que podremos haber dado
porque siempre saldrá el Sol
por más dura que sea la tormenta.
Daniel Valdman.
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