que por más amor
que se les ponga
no recobran la vida
y solas en si se enroscan
como ya dando
el último suspiro.
Mugen y relinchan los animales
al no encontrar alimento ni agua
y el pobre humano
solución alguna no halla
sin tener fruto de su trabajo
entre tanto sol y sequía
Los abrevaderos vacíos,
no hay nubes en los cielos
borrando las esperanzas
de que alguna gota caiga
antes de que llegue el invierno.
Lo único que existe
es sol y viento
aumentando así el tormento
de lo poco que tenga vida.
No hay pozo que no se haya hecho
ni ruego que no se haya dicho
mientras la tierra se agrieta
dejando en su vacío
un doloroso desierto.
Daniel Valdman.
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