el paso del tiempo
dejando sobre nosotros
las huellas de lo que vivimos.
Cambian los gustos
y como miramos
pues dejamos de ver los rostros
para tratar de encontrar las almas.
Los sentimientos se hacen más profundos
y en ti veo la belleza
que se hace más bella
con el paso de los años.
No convivo con tu cuerpo,
comparto la vida con tu espíritu
en los simples gestos,
en tu dulce sonrisa
y en la manera de preocuparte
diciéndome que no soy viejo,
que no se nota la edad que tengo,
que no me abuse de ello
y que vaya abrigado contra el frío.
Te amo como ahora,
ya no como antes
cuando la juventud exigía
apurar las energías
que el futuro estaba distante.
Te amo con muchos calendarios
y con la más grande ternura
que me ganaste con los años.
Y así, en la vuelta que da el destino,
el amor crece en las pequeñas cosas
que sin ellas, no podría seguir la vida.
Daniel Valdman.
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