como cuando camino por los parques
y tu imagen viene conmigo
pateando las hojas de otoño
reviviendo antiguos atardeceres.
Y caen los recuerdos
de esos besos infinitos
o teniendo los ojos fijos
tratando de desnudar las almas.
Que sin fin de palabras
se quedaban en esos silencios
cuando tomados de las manos
solo nos mirábamos
disfrutando del espíritu ajeno.
Cuanto amor, cuantos te quiero
se quedaron en las gargantas
tratando que en las miradas
se entregase el corazón
que ya no cabía en el pecho.
Escribo para ti sin nombrarte
porque se que tu sabes
que no tengo para más nadie
mis sencillas poesías
que quizás, mudas por no decirlas,
son como esas caricias
que solamente nacen del alma.
Daniel Valdman.
Gracias!!!
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