Secreto

Y pudo la voz
decir que te ama
tras tanto tiempo
con las palabras atragantadas
encerradas por la pena
de recibir un no como respuesta
en esta angustiosa alma.

Y pudo la voz

vencer las barreras

que llenaban el ambiente de miedos

sin tener un espíritu cobarde.

El sentimiento audáz y valiente

pudo más que el orgullo,

que la razón, que la soberbia

y amarró su libertad a cuestas

para hacer que la voz

desde el silencio, en un secreto,

en un susurro, 

diga que te amo

aunque siendo ya tarde,

quizás, no llegues a escucharlo.

Daniel Valdman.

Hermosa

Buscan mis manos tu rostro
para erguirlo frente a mis ojos
contemplando la belleza
que dejas reposar en mis manos.

No es solo el arte de la naturaleza

quien te diseñó estos rasgos,

fue la vida, las experiencias,

los amores audaces,

los llantos a escondidas

y las risas compugidas

para liberar tu espíritu.

La belleza que tu tienes

no es la que alaba la gente

ante miradas superficiales

quedándose en los detalles

que asombran a sus ojos.

Es la que está del otro lado 

de un espejo asombroso,

la que busca en silencio

la calidez de la caricia,

el perfume de la aurora

que quiere hacerse sol

para toda tu vida.

Esa, esa es la belleza

que sostengo entre mis mnos

y para que veas que es cierto,

te estoy mirando con el alma.

Daniel Valdman.

Despertar

Amanece.

La resaca de los sueños

perdura aún despierto

cambiando realidades

sin saber lo qué es cierto.

Quedan en la almohada los secretos

sin recordar siquiera

un nombre, un rostro, un beso

que flota en la memoria

y se va diluyendo

mientras el agua fría

me devuelve al día

donde la obligación se adueña

de las necesidades cotidianas.

Y así avanza la mañana

con la sensación extraña

de encontrar el lugar

antes de estar despierto

y volver a sentir ese abrazo, ese beso

que se perdió en el tiempo

justo justo,

cuando estaba amaneciendo.

Daniel Valdman.

Pétalo

Busco el pétalo que te acaricie
entre las flores más preciadas.

Y enredado entre espinas y matorrales

me encuentro con las silvestres doradas

que crecen solo una vez al año.

No son rojas, amarillas o verdes.

Su color es transparente

adoptando el tono que tu corazón siente.

Si la pongo en tus labios será color fuego.

Si la pongo en tu pecho será color sangre.

Si la pongo en tu alma será blanca

porque no hay otro color

que ilumine tu sentimiento.

Me encontré con la silvestre dorada

y me dió pena tener que arrancarla.

La dejé allí, donde estaba plantada

para venir a contarte dónde halle el tesoro

con que realmente desee alagarte.

Ven conmigo al jardín de mi espíritu

y disfruta la magia del arco iris

que con solo un pétalo de la flor que te brindo

podemos colorear todo el universo.

Daniel Valdman.

Invierno

Nublado el cielo

llama a la melancolía y a la tristeza.
Remotos recuerdos
quizás traidos por las nubes
ocultando los rayos de alegría
que el Sol no se cansa de irradiarnos.

Cuántos inviernos en las casas cobijados

rogando una espranza

de que no hará tanto frío,

mientras ya no queda mucho por hacer

mas que ver tras la ventana

adivinando hasta dónde llegará la nieve.

No hay aves

y los demás animales

se esconden en sus madrigueras

al igual que nosostros

soñando con una cercana primavera

que siempre ha de llegar

una vez que pase el invierno.

Y tu, buscando el calor de mi cuerpo,

te enroscas como puedes

entre mis piernas y mi pecho

uniendo el calor de ambos

como la mejor de las cobijas.

Daniel Valdman.

Hiedra

Trepa la hiedra sobre el enrejado

apropiándose de la obra

que construyó el artesano

demostrando que también puede

hacer lucir su belleza.

Paso a paso sin bulla en su encanto

va cubriendo los espacios

donde es mejor que se vea.

Y asi tu imagen

se apropia de mi pensamiento

inundándome de sentimientos

que quisiera darte.

Sueño con un abrazo, con un beso

o con pasar los momentos

solamente con mirarnos.

Como la hiedra en silencio

vas trepando en mi conciencia

llenando de caricias mis manos

y de ansiedades mi alma.

Ya no se puede ver la obra del artesano.

Las hojas de la hiedra todo lo han invadido

lo mismo que mis pensamientos contigo

que enceguecen el espíritu

sin pensar en otra cosa.

Y al igual que el enrejado

soy feliz que al tomarme de la mano

me lleves a enredarme en tu vida.

Daniel Valdman.

Espíritus

Quién es el fantasma
que invade tu sentimiento
que en los salones no te encuentro

y en los jardines ni siquiera sombras.
En qué cuadro te escondes
que tampoco puedo verlo
pues estarás en amoríos
con el fantasma de alguna ópera.

La inquietud me está enloqueciendo

en este castillo poblado

de almas errantes

y espíritus irritantes

que no me dejan encontrarte

aunque mire tras cada marco.

No se si en una pintura,

no se si en una estátua.

Lo que se es que no te halle

para decirte que te amo

aunque te disfraces de arte

o de carnaval veneciano.

Este mausoleo es muy grande

y mi alma ya se cansa al buscarte

porque encima tiene muchos años,

tantos años de amarte.

Daniel Valdman.

Torbellinos

Las gaviotas de tu alma
vuelan plácidas
sobre el mar del sentimiento.

Se hacen dueñas del viento

que las empuja y hamaca

aspirando el aire fresco

que reciben en la cara

brindándomelo en besos

como olas de terciopelo

y huracanes de caricias.

Libre al aire, libre al  viento

volando entre tus sueños

mi gaviota enamorada

con destellos de luces en la mirada

y sobre todo, el corazón abierto.

No quiero abrazarte limitando tu vuelo

pero quisiera volar contigo

compartiendo el mismo cielo

y también los mismos sueños

en torbellinos de romance.

Daniel Valdman.

Tiempo

Sostengo tu mano
para bajar las gradas, 

no por ser aún joven

o por tener más fuerza.

Es para estar seguro

que a tu destino

sana y salva llegas.

No hacen edad los años

sino la experiencia

que quizás un día necesite

que me ayuden a bajar las gradas

sin saber cómo las haya subido

y después no saber como bajarlas.

El tiempo a todos nos pasa,

hasta el hierro más fuerte

también se desgasta.

Ya mi vista no es tan buena

y ni hablar de las carreras

que me es imposible correrlas

recordando lo que fui, lo que era.

Si, te doy la mano

para bajar las gradas,

por favor, no te ofendas

que al ayudarte a bajarlas

acerco más mi tiempo a tu historia.

Daniel Valdman.

Elección

Te extraño,
no como lo imaginas.
No extraño tus besos y caricias

sino tus gestos y tus modos

inclusive tus silencios,

porque en ellos

te concentras e imaginas

cual será tu próximo movimiento

para hacer mas bella la vida

aunque estés en un encierro.

El hogar reluciente

no necesita ningún arreglo

porque tu presencia 

lo hace brillar todo

inclusive las flores

que le cambias el jarrón

que las sostiene

aunque donde esté, se vea hermoso.

Extraño tu andar

ilucionando los muebles

cambiándolos de lugar

poniéndome a trabajar

para realizar tu fantasía.

Extraño cuando me animas

si me ves decaído

simplemente con una sonrisa

o con un beso en la mejilla

demostrándome cuanto me quieres.

Te extraño a ti, mujer mía

que me entregas tu alma

cada vez que me miras

convirtiendo mis tristezas en alegrías

sintiéndome orgulloso

de que me hayas elegido.

Daniel Valdman.

Amor

Los candiles de tus ojos
completan las estrellas en el cielo
haciendo que el universo
sea solo esta alcoba, donde nos amamos.

No existen mayores astros

solo los que bailan entre nuestros pechos

haciendo hervir la sangre por las venas

con toda la intención de darnos un beso.

Suave, plácido, intenso

que cierre nuestras mentes

desapareciendo los cuerpos

para que vuelen en el aire

como si fueran espíritus o ángeles

sembrando amor entre las nubes.

Y volar más allá de las caricias

sintiendo que los corazoners vibran

casi casi por explotarse

mientras la luz de tu sonrisa

me muestra que sientes lo mismo.

Qué placer compartir contigo

este maravilloso viaje eterno

alimentados por el sentimiento

que acaba con las realidades

iniciando la hermosa travesía

por el mundo de los sueños.

Daniel Valdman.

Crecer

Y fue la mañana
testigo de su ausencia.

Ya no compartíria la almohada

y los cajones abiertos demostraban

que todo lo que allí faltaba

estaría de viaje ya en las maletas.

No hubo un adios,

ni siquiera una mirada.

Despacio cerró la puerta

para que nadie la encontrara

y el beso quedó en el aire

más que en los labios, 

solo en la conciencia.

Caminó hacia el mundo

que está tras el cerrojo

y con un poco de tristeza

decidió comenzar de nuevo.

El destino es incierto,

no sabe qué le aguarda,

pero este viaje de ida

quiso que no tuviera retorno.

Deseó probarse a si misma

con renovados sueños y fantasías

sabiendo que la vida es bella

y que es largo el camino en ella

con todo su tiempo para andarla.

Aspiró profundo,

sujetó las maletas

y tras el primer paso

se lanzó a la aventura.

Ser una gran mujer

es lo único que desea

y mirando fijo al sol

a si misma se dijo

que ese es su destino

sin historias, sin olvidos.

Daniel Valdman.

Día

Atropella la mañana
ahuyentando las tinieblas
mientras la música ciudadana
despierta nuevos sueños y esperanzas.

Corre el tiempo,

los horarios no esperan

tratando de llegar a la hora correcta

para poder cumplir con las obligaciones.

Y quedan las fantasías

pegadas a la almohada.

Es el agua fría 

la que nos despierta

y el café humeante en la hornalla.

De prisa corre el tiempo.

En un segundo un beso

dando los buenos días

y también como despedida

al unirse a la carrera.

Y así se cumple el ciclo,

corriendo contra el tiempo

buscando el hermoso momento

en que nos volvemos a encontrar con los sueños

que dejamos pendientes en la almohada.

Daniel Valdman.

Café

Sentados frente a frente,
tomados de las manos,
haciendo más pequeña
la mesa que nos separa,
mirándonos a los ojos
abrimos las almas
para decirnos en silencio
lo que no pueden las palabras.

Ni los gestos hacen falta,

ni siquiera la ansiedad del beso,

nos contentamos con mirarnos

dejando que la magia

navegue entre nosotros.

El café se enfría

y no nos importa

pues el calor del sentimiento

todo lo entibia

y no hay momento más grande

que tomados de las manos,

cruzando las miradas,

diciéndonos todo sin palabras,

sentiendo cuanto nos amamos.

Daniel Valdman.

Luz

Se despeja con su brillo el cielo
tras estar esondido entre tinieblas.

Desaparecen las sombras abrumadoras

y se ven las luces 

de lo que se encontraba perdido.

No hay mayor ceguera

que la niebla en el espíritu,

cuando se opaca la fe

y todo parece irremediable.

Miente la mente 

al no creer en la esperanza

de que con cada rayo de sol

surgen nuevas ilusiones

haciendo brotar las soluciones

sobre lo que nos enceguece y atrapa.

Despertar la fuerza del caido

que no detiene su lucha por levantarse

marcando su rumbo hacia adelante

sabiendo que los tropiezos

no siempre son caídas.

Desaparecen las tinieblas

que enceguecen las conciencias

para que un soplo de amor

nos devuelva la vida.

Daniel Valdman. 

Reflexión

Hay veces que los pensamientos

pueden más que las circunstancias

y hacen que un hermoso día

se convierta en oscura noche

o que en una oscura noche

brote un rayo de alegría.

En los espirales de la vida

se busca la mejor salida

para enderezar el camino

haciendo uno mismo el destino

en la elección  de su supervivencia.

Disfrutar el cielo con sus estrellas,

el mar en su eterna carrera

o la caricia con todo su sentimiento.

Cada uno elige cómo afrontar sus problemas

si es con una amplia sonrisa

o con el gesto adusto de mala cara.

La felicidad se consigue

buscando paz en el espíritu

y mientras esta no se consiga

todas las soluciones quedarán lejanas.

Daniel Valdman. 

Viento

Lleva el viento
las cartas que no te escribo
porque al sentimiento que concibo
no le alcanzan las letras.

Imposible contarte

como vives en mis sueños

que aunque esté despierto,

te sigo soñando.

Aparece tu rostro entre mis manos

y me quedo omnubilado

sin tenerr otro pensamiento.

Y al mirarte así te amo

con la sangre de mi espíritu

dejando la vida a un lado

porque sin ti, no tiene sentido.

Y eso, no puedo escribirlo

pues me es imposible definirlo

en los versos que imagino

y por ello, se los doy a los vientos

para que en cada una de sus brisas

sientas las caricias

que mi corazón emana

y mis manos vacías

por más que quieran,

no pueden alcanzarte.

Y por eso el viento es mi mensajero

que acorta la distancia

llevándote las palabras

sin poder escribirlas

para que las sientas en cada brisa

como si fueran las caricias

que te envían mi alma.

Daniel Valdman.

Pintura

Rojo fuego es la pasión.

Púrpura la rosa

y el amor que me provocas

es de rojo corazón.

No hay color más intenso

que el nacido del sentimiento

pudiendo ser rojo, blanco o azúl.

Es el color de tus ojos

que me irradian cariño

poniéndome en un desvario

quizás perdiendo la razón

sin saber en qué color vivo,

dónde se me va la imaginación

para regalarte el color

que aún no ha nacido.

Cómo pintarte amor mío

si en la paleta del destino

tu eres el sol.

Y mis gastados pinceles

tratando de dibujarte

se transforman en un instante

siendo caricias de puro amor.

Nunca terminaré esta obra de arte,

por más que lo intente

y que el tiempo pase

jamás podré encontrerte

el tono que te defina

porque tu llevas en el alma

todos los colores de la vida.

Daniel Valdman.

Supervivencia

Van desapareciendo
las estrellas en el cielo.
El concierto de la ciudad
comienza a ejecutarse
afinando los sonidos
en cada uno de las instrumentos.

Con las estrellas

desaparece el silencio

y surge casi despavorida

la música de la vida

con todas sus carreras.

Y se pierden los sueños

atropellados por los afanes

y quizás en un breve instante

haya algo que se recuerde.

El músculo tenso dice estar presente

mientras la obra espera y continúa

con cada uno asumiendo sus roles.

Es otro día

y damos gracias a la vida

que podamos llevar comida

a los platos de nuestras mesas.

Sin bullas, sin quejas

disfrutando ver crecer 

a nuestros crios.

Daniel Valdman.

Ángel

Sentí que se enredaban
mis manos en tus cabellos
y al no poder liberarlas
vi que eran las plumas de tus alas
quienes me sujetaban
apretando más el abrazo
que juntaba nuestras almas.

Eras tú convertida en ángel

tras haberme dejado entrar

a la profundidad de tu espíritu.

Es mucho para mi este paraíso

que entre locura y pasión

me envuelve con tu sonrisa

viendo como suspira

cada latido de mi pecho.

Estoy en el aire, muy lejos del suelo

sostenido por tus alas,

liberando el sentimiento

e inundando el universo

que quizás lo tenía encadenado

a realidades fantasmales

de las que tú me has liberado.

Quizás no sea verdad,

quizás tan solo sea un sueño

pero de la manera 

de sentir que te quiero

no deseo jamás despertarme

para vivir junto al ángel

que con sus alas del amor

me tiene atrapado.

Daniel Valdman.

Amor

Pienso en ti,
y el sentimiento invade el pecho
plantándome en el recuerdo
de tu imagen que me mira
como tratando de descubrir
la profundidad de lo que siento.

Se detiene el mundo porque te pienso.

Calla el fragor de la vida

mientras viajo al país de los sueños

donde solo estás tu, 

sumergida en el silencio

y un aroma de flores

nacido en el jardín del alma.

Pienso en ti

y no existen otras realidades.

Las carreras de la rutina

quedan todas detenidas

porque tu ocupas 

el espacio más importante.

No hay más nada;

solo tu rostro que me está mirando

desde la profundidad de mi mente

alimentándome el espíritu.

Daniel Valdman.

Esquirlas

Crepitan las esquirlas

sobre los tejados.

La ambición del poder

destruye lo que sea

poniéndole resistencia

a lo que son sus ideales.

Vale más la bala que la vida

sin importar que se asesinan

los sueños del futuro,

las manos que labran,

las palmas que construyen,

los corazones que enseñan

a no matar como ellos matan.

Caen las bombas destruyendo esperanzas

y las esquirlas caen

donde menos se esperan

sin respetar resguardos

o algún tipo de defensa

tratando de salvar los cuerpos

que puedan crear nuevos sueños

con vida sobre la tierra.

Y así sucede en la guerra

donde son todo perdedores.

Daniel Valdman.

 

Cómplice

Nublado el día
y tu sonrisa brilla
creando soles en la alcoba.
Por temor a equivocarse
el pronóstico anuncia
no saber qué pasará con la lluvia
por si caerá hoy
o posiblmente mañana.

Para mi no tiene importancia

pues con tu presencia

y los soles que irradias

haces primaveras todos los días.

No es solamente amor

tampoco son las caricias

es el calor del alma

que por la alcoba transita

llenando los espíritus de alegrías

creando colores nuevos en las flores,

salpicando de pinturas los jarrones

y de cielos celestes las ventanas.

No hay mejor paisaje

más que verte la cara

tras las travesuras que inventas

con pincel y pluma

y la mirada clara y segura

de tenerme como tu compinche.

Daniel Valdman. 

Luz

La nube blanca,
la nieve blanca,
la espuma del mar blanca
y no hay nada más blanco
que el blanco de tu alma.

Ni la arena,

por más blanca que sea

puede compararse

al color de tu sentimiento.

El aura sobre tu imagen

hace de mi enamorarme

sin siquiera tocarte

de quien eres por dentro.

No se si podré

tenerte entre mis brazos

o si me quedaré

sintinendo y mirando

tratando de ser contagiado

por esa luz de tu espíritu.

No se si la Luna 

te estará envidiando

ese color blanco

conque iluminas mi universo.

Daniel Valdman.

Sombras

Se mueve el candil
a causa de la brisa.
Mi letra no es precisa
y es que apenas la veo.
En la pluma brillan sentimientos
que escribirlos no puedo
porque aún no ha amanecido
y el candil encendido
hace juegos con las sombras.

A esta hora temprana

mientras tu sueñas y descansas

quiero darte una caricia

puesta en palabras

para que al despertar la sonrisa

te ilumine la cara

y yo feliz de encontrarte

al otro lado de mis versos.

Pero el candil no permite

que realice mis deseos

pues baila con las sombras

y mi pluma tiene miedo

de equivocarse en el verso

donde dice que te quiero.

Daniel Valdman.

Niña

Tomó al oso de una mano
y me pidió que la acompañe.
Entre los tres hicimos ronda
con una canción que de sus labios
no entendía.

No tenía otros amigos

más que los muñecos de peluche

con los cuales en su fantasía

aventuras y juegos compartía

haciendo realidad todos sus sueños.

Fue maestra de primaria

enseñando a leer aunque no sabía

y directora de teatro

en obras de su inventiva.

Todos los presentes aceptaban

las órdenes que impartía

y al que no obedecía

como castigo le daba

una dulce reprimienda

haciéndole entender por las buenas

la actitud del personaje.

Y así pasaban los juegos

entre actores de lana y espuma

hasta que al fin llegó el día

en que por su edad y estatura

comenzó en el colegio

con amigos de carne y hueso

compartiendo ahora si,

otras fantasías.

Daniel Valdman.